19 ago 2010

El hambre.

Es un principio de realidad que las madres se preocupan por uno, y es peor cuando ya se han puesto distancias frente al hogar. Aparentemente consideran que si uno no esta al lado de ellas, las cosas tenderan a funcionar muy mal... Despues de cruzar la puerta, las posibilidades de vivir una muerte terrible aumentan de manera dramatica.

Creci en un sitio donde es muy apreciado el hogar materno y dentro del imaginario local, "No hay nada como el Hotel Mama" juega una parte crucial para el aventurero que osa dejarlo. Las incontables veces que lo oi, me ayudaron a convencerme y prepararme para que el resto de la vida fuera mas acogedora, pues ya habia descubierto que pasar mas tiempo ahi me dificultaria las cosas.

Una vez afuera, con las dificultades y aciertos de la vida, me lo siguieron diciendo. Pero yo ya estaba listo para hacer oidos sordos y aguantar hambre para mantener las ilusiones firmes. Si bien las cosas habian cambiado, la comida sabia diferente, uno era un extranio en una ciudad ajena, habian enormes distancias con la gente que uno conocia desde siempre y la calle era hostil, la vida se estaba portando muy bien conmigo. Y todavia lo hace.

Ni los sabores, ni las personas, ni la ciudad, ni la calle fueron reemplazados. Otras cosas se abrieron espacio en mi corazon y mi cerebro, formando un nuevo hogar en cada sitio al que llego a vivir.

Y a pesar de comunicar reiteradamente a mi familia materna todo este descubrimiento paso a paso, compartiendo descarnadamente mi evolucion personal, siguieron con la misma cosa de siempre. Cada vez que iba a Cucuta, me veian flaco y me atiborraban de alimentos seductores y deliciosos... Cada vez que me veian por webcam decian que me veia demacrado y cansado...

Es probable que no recuerden como era yo alla.

Confieso que esta situacion se esta saliendo de mis manos. Cada vez es mas reiterado el clamor por mi alimentacion, el envio de vitaminas (porque segun dicen, si uno no se alimenta bien, el cerebro deja de funcionar bien y no es posible rendir), la preocupacion y el reproche constante... Y tambien confieso que son justificados, que no me veo bien del todo y que gracias a pesimas inversiones estoy pasando trabajos.

Es el problema de la politica de preferir aguantar hambre a deber un peso. Es peor cuando uno se anticipa a la deuda y aguanta hambre por previsor...

Pero yo he descubierto algo interesante en el ayuno voluntario-forzado... Algo que contradice de frente las teorias cientificas sobre el funcionamiento del cerebro, pero no de manera cientifica sino circunstancial. Como cuando la practica se folla a la teoria en el comedor.

A los dias de estar preocupado por la falta de comida, empece a escribir espontaneamente. Puede que haya sido producto de pensar en que me hacia falta, y que tenia algo de tiempo libre en las tardes sin comer ni salir a donde amigos. De alguna manera empece a ser mas productivo sin comer...

Creo incluso que empezaron a salir ideas mucho mas interesantes y especiales... Como este texto, jajaja.

La dificultad parece ser un aliciente para hacer bien las cosas... Ahora pienso en que pudo haber hecho que yo fuera asi, y mis reflexiones me llevan a pensar en que gracias a los ejemplos de la literatura de superacion, pienso en que uno debe empezar desde abajo siempre, que la dificultad y la necesidad dignifican... Que sin esas dos, la victoria no vale tanto...

Y en ese tipo de anhelo sadico, masoquista y/o sadomasoquista, me busco una que otra dificultad tambien para dignificar victorias que merezco pero no aprecio por tener camino recorrido. Esa es una de esas verdades que brotan como geyser, o como sea que se escriba.

Pasar hambre no ha resultado tan nocivo como yo consideraba... La supuesta muerte lenta de mi cerebro ha terminado siendo una fuente de beneficio a corto y mediano plazo... Y, aunque suene fatalista, quisiera que siguiera siendo asi... Quisiera verme escribiendo tan a menudo como ahora, aunque aguantando menos hambre...

Lo que quiero decir es que cualquier precio me parece poco para hacer algo que me alegra tanto como escribir... Ir mejorando, vivir, ser dedicado en lo que quisiera hacer en la vida...

Esto lo he entendido recientemente...

Y me hace pensar en un tipo al que conoci en Ibague y deseaba con todas sus fuerzas ser fisiculturista, con todos los musculos desarrollados y tales... Fue evidente para los que le conociamos que consumia esteroides, estaba claro por su confusion sexual... Le pregunte en algun momento que si no le molestaba saber que su vida se acortaria, que seria esteril antes de eso y que todo era irreversible... No se demoro en respomnder que no le interesaba, que no le importaba...

Eso es algo que uno entiende mas o menos cuando encuentra su vocacion...

1 comentario:

  1. Hola Camilo. Comparto tres reflexiones:
    La primera es una felicitación. Por estar haciendo lo que quiere, por estar pensando y escribiendo lo que se le viene a la mente y por estar construyéndose como persona. Esto último ciertamente es complejo, y lo que es peor, dura toda la vida. Así que lo animo para que continúe en ello.
    La segunda es una palabra sobre el hambre. Lo que para algunos es un bien optable, para otros es un mal condenable. Nosotros, a dios gracias, pertenecemos al primer grupo. Aguantamos hambre porque se nos da la gana y más aún, reflexionamos sobre el sentido de hacerlo. Pero para más de mil millones de personas en el mundo no existe esa opción. Se mueren de hambre y allí no hay más que pensar. No me interesa instaurar una reflexión moral; sólo considerar que el problema del hambre es una cosa tenaz, tenebrosa, visceral y violenta, y es por eso digna de ser reflexionada.
    La tercera tiene que ver con los últimos compases de su escrito. Efectivamente, comparto con usted la visión de que concretar nuestras vocaciones implica muchas veces experiencias que otros no entienden o comparten. Pero es eso lo que lo hace nuestro, personal, autobiográfico. Así que no deje que el hambre frene sus pasos.
    Saludos

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