En estos dias gozaba de las delicias del transporte publico masivo de Cali en camino a la universidad. Sentado al lado de la ventana, con aire acondicionado encimita, buena musica y pocas preocupaciones en la cabeza cerraban un cuadro muy agradable; pintado una maniana cualquiera.
En una detencion forzada por la semaforizacion vial, me detuve a ver los otros automoviles con detalle y entre ellos descubri una moto que sobresalio entre los taxis, las busetas y otras cuantas motos.
Recuerdo que era una moto verdecita brillante, algo aerodinamica y grandecita... Probablemente no pertenecia a ninguna gran casa matriz, de pronto era hechiza; sin embargo, recorde un fantasma del pasado.
Tendria por ahi 8 anios cuando aparecio en un catalogo de Unicentro-Bogota una motico verde de carreras, una Kawasaki Ninja de juguete, que andaba con un motor electrico y le permitia a uno andar por ahi autonomamente. Y creo que jamas desee con mayor fuerza un juguete como en ese momento.
Para el 97 costaba poco mas de un millon de pesos, una cifra exorbitante para cualquier persona... Y para cualquier juguete.
Y jamas lo compramos, pero a mi me quedo grabado el nombre de la Kawasaki Ninja, sobre todo porque segui viendola en revistas de la epoca y en la naciente television de finales de los 90... Y todo esto sin saber que esa moto se habia convertido, al parecer, en un hito y un ejemplo para el resto de fabricantes del mundo... De pronto por esa mencionada presion del entorno, yo desee siempre una Ninja; y todavia es asi.
Y viendo esa imitacion evocadora de mi suenio automotor, pense en lo facil que es irse quedando atras gracias a esos detalles.
Bueno, yo tuve la posibilidad de ver deseos de vieja guardia por parte de mis abuelos y de gente de edad, que pedia cigarrillos de tal marca, deseaba carros Mercedes Benz de tal anio, fotos reveladas y tomadas de cierta manera, hacer filas en bancos, pedir el sello de los recibos pagos en caja de banco...
Eran practicas valoradas y apreciadas en el momento, que generaban adhesion por su conveniencia o su popularidad entonces. Y luego aparecen otras practicas, nacidas de otras circunstancias...
Y uno pasa de moda porque sus deseos pasan de moda.
Si bien es cierto que los valores, la ropa, las figuras y todo el resto de cosas que marcan una era tambien pasan de moda; pienso en la Ninja porque me senti viejo al anhelarla con tanto fervor todavia...
Y apenas tengo 19 anios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario