Esta es una fogata de marihuaneros.
Cierto día Camilo estaba hablando con unos profesores de la universidad en su facultad. El man, muy metido en su cuento de ingresar al mundo de la academia, ya estaba trabajando con grupos de investigación y la reunión de aquel día era para socializar unos resultados. Regresó a su casa normalmente y antes de subir a su edificio decidió fumar algo de marihuana que cargaba en una pipa pequeña y cómoda, precisa para el posmodernismo. Cuando terminó, metió su candela y su pipa aún caliente dentro del bolsillo de su chaqueta. No eran días fríos, pero el tipo era previsivo y disfrutaba poniéndose chaquetas.
Escuchando música en su mp3, con un sonido estéreo magnificado por la traba, subió en el ascensor hacia un cómodo noveno piso que lo alojaba desde hacía un buen tiempo con su abuelita. Ya sabía manejar su estado alterado de consciencia así que con maestría abrió la chapa y saludó a la compañera de lides familiares y de soledades adolescentes justo después de cerrar.
Era un tipo cariñoso este Camilo, así que fue a besuquear y a abrazar entre los pliegues de piel sin ningún tipo de pena. Descargó sus cosas en unas sillas del cuarto y se acostó al lado de la abuela a hablar del día. Nada del todo diferente, solo un par de perros nuevos en el parque y el cambio de la empresa de celaduría, cosa que la aterraba por la confianza que había cogido ella con los anteriores.
Indiferente y confinado en su mundo de las ideas, Camilo escuchó hasta que la abuela le dijo que ya se iba a dormir y el entró a su habitación a hacer sus cosas. Mientras revisaba su correo electrónico, lleno de cadenas católicas, pornografía amateur y datos irrelevantes de otras investigaciones, la luz se fue en toda la ciudad.
Camilo maldijo al descubrir que su portátil estaba con la batería desconectada y que se había apagado solo, a la vez que sonó una bala próxima a su cuadra y sintió miedo por la impresión que le generó la alta definición del sonido estéreo. Era dolorosamente cobarde ante ese tipo de situaciones…
Se recompuso y quiso sentarse en la sala de su apartamento. La oscuridad, que normalmente parecía molesta y patéticamente lúgubre, era acogedora en ese momento.
Pero en cierto punto le asaltó un pensamiento a la mente, peligroso y confirmado, y de complicada solución. Sentado viendo hacia un ventanal que daba al sur de Cali, permitiendo ver las velas en las montañas de las invasiones y las plantas en los edificios nuevos, no podía dejar de pensar en cómo sacar la pipa y todo el resto de cosas del cuarto de su abuela…
Pero estaba demasiado trabado y no podía moverse. Alcanzó a voltear para ver cómo las decoraciones viejas y desgastadas le empezaban a mirar con aquellas aristas pulidas por el tacto y comidas por los gorgojos, y se quedó mirando y empezó a escuchar una voz que le llamaba, pero su oído estaba enfocado en algo más. Respondió el llamado de su abuela a la cuarta notificación, pidiendo un favor.
- Mijo, necesito un encendedor. Le voy a sacar el suyo de la chaqueta…. Pero deje de fumar…
El pánico aumentaba mientras Camilo descubría que tampoco podía hablar. El sinuoso camino desde donde estaba hasta el cuarto de su abuela se hacía infranqueable, haciendo vortex espacio-tiempo en lo que era la vida del joven adulto… Sabía que lo echarían de la casa si le pillaban la marihuana, pero estaba demasiado desarmado, aunque se resistía y temblaba para ver si se movía.
Los pies de su abuela sonaban nítidos por el silencio de la noche. Caminando lentamente hacia las sillas el pánico aumentaba y aumentaba. Sonó el chillido de una de las sillas junto con los pliegues de tela… Y Camilo sudaba y temblaba desde su confinamiento idiota.
Cuando de repente vuelve la luz, y con ella el alma al cuerpo del héroe. Todo empezó a sonar de nuevo y ya no iba a necesitar el encendedor la abuela, ni nada de eso. El mundo tecnológico estaba ahí para acabar con las preocupaciones de Camilo, que ya había empezado a caminar hacia su cuarto, cuando:
- Camilo, ¿este pastico en la chaqueta suya es marihuana?
Le faltó agregar una posible reacción: tragicómico.
ResponderEliminarSaludos.
Ayyy, no sabia de las andanzas por los "bajos mundos" de ese "tal" Camilo, y fumando de ese musgo tan sabio que nos da la Pacha, jajaja, - Pregunto ¿ es un alter ego tuyo, o es un camilo aparte del Gonima ese? :) --- eyyy, súper interesante si algun día nos acompañas a las Lunadas Literarias y a los compartires... con Escritores de Cali, Te seguiré leyendo. Muy interesante la tension con la que llevas la narracion, en severo viaje jejeje, y aun más, como se siente esa parsimónica conexion del humo entre letras...
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