1 jun 2010

Intento de cuento I

Thursday, May 6, 2010 at 8:17pm

Viene la psicologa... Escucho sus pasos por el resquicio de la puerta y ya desde aca se huele su perfume sutil pero distintivo. Desde hace un tiempo perdi la nocion del tiempo por el encierro pero hasta donde supe (o quise saber) ella asistia una vez por semana...

Lo que no olvide jamas fueron las medidas de seguridad que tomaban para la venida de la psicologa. Eran laxas pues ella aparentaba ser muy humana con los guardias. Jamas la revisaban, jamas ponian problema para que entrara y saliera durante su visita.

Su maldito botiquin, cargado de agujas, torniquetes, herramientas de electricista, nunca fue revisado. Con el me torturaba semanalmente. Su joven rostro era clinico al chuzar mis articulaciones, aplastarme los dedos de los pies, retorcer y cortar mi piel, desangrarme... Sus ojos brillaban al ver mi sangre correr a raudales... Creo que los guardias siempre pensaron que ella me evaluaba y trataba de mantenerme cuerdo durante este ilogico encierro.

Cuando me desmayaba del dolor ella limpiaba todo para evitar sospechas. Supuse que se despedia sonriendo de los guardias ingenuos... O que yo era el ingenuo y ellos sabian quien era esta maniatica y pervertida mujer.

Ya le abren la puerta y veo sus ojos grises. He trabajado duramente en zafar las esposas que me ponen mientras ella no esta, a costo de perder la movilidad de mi mano izquierda en un alto porcentaje. Cuando cierran la puerta y ella se acurruca para sacar sus implementos de martirio yo estoy desatado y tomando su cuello con la mano derecha.

Me es dificil sostenerme en pie. Soy una sombra de lo que era antes de haber sido retenido. Parte del exito de haber soltado las esposas fue gracias a la delgadez que alcanzaron mis muniecas. Calcule estar pesando unos 40 kg.

Sin embargo la fuerza de mi mano derecha (la justiciera) no habia decaido un apice. Una vieja herida se abrio chorreando su rostro. Noto que intenta acercarse a su botiquin ya abierto, en busca de un cuchillo para zafarse de mi. Le sonrio en la cara y le tuerzo la traquea. La empujo y cae al suelo. Para ella no hay ya ningun tipo de salvacion. Sin poder articular palabra se sacude graciosamente en el suelo mientras se le acaba el aire y sufre una dulce muerte. Demasiado dulce.

El intento de permanecer parado me aturde... Tengo que sostenerme en mi silla de cautiverio para poder acostumbrarme de nuevo. Toma un tiempo bastante largo...

Quise recordar que hice para estar en ese sitio una vez mas, despues de haber repasado mi vida incontables veces por lo que senti que fueron 3 anios, aunque solo tuve la certeza de haber pasado uno y medio metido en una celda en un sitio desconocido. De regreso a mi casa un fin de semana una camioneta con el logotipo del DAS me detuvo y anestesio. No recorde haber hecho nada realmente grave antes salvo un par de robos de imanes, chicles o revistas a un supermercado.

Despues de la anestesiada amaneci con golpes en todo el cuerpo, el cabello cortado y las piernas rotas. Despues me curaron en dos meses y esta doctora finada empezo a ir. No supe mas, no pregunte a nadie. Estaba solo, y desde el principio supe que saldria solo. Sino moriria.

Con los implementos que tenia en su botiquin la doctora, corto parte de su ropa para utilizar como vendaje. Ya no siento dolores, asi que al torcerme la mano izquierda a su posicion apropiada no siento nada, ni siquiera se me inflama. Gano parte de la movilidad pues no se habia roto sino dislocado. Igual acomodo parte de la ropa de esta mujer alrededor de mi mano izquierda. Ya prevenir no es lamentar. Soy una piltrafa humana y mi vida vale menos que nada. No me aferro a ella ni por la venganza, solo por pereza de morir.

Mi cabello no volvio a ser cortado desde el arresto, mucho menos mi barba. Asi que intento hacer comodo el movimiento de la cabeza cortando con el mismo cuchillo una buena parte de los mechones mugrosos y enrollados. No me atrevo a cortarme la cara, por lo que el vello desordenado y desarrapado permanece.

Me pongo algo de lo de ella y espero un poco mas.

Aunque siento que mi vida en estas condiciones ya no tiene valor, trato de meditar en el protocolo repetitivo que usaba esta mujer para salir del sitio. Antes de desmayarme hace un par de semanas note una cadencia especial para salir. Jamas habia cambiado. Ella era una estupida. Reviso el botiquin y encuentro algo de comida, algo de desinfectante, paniuelos absorbentes, mas armas blancas, algunos papeles en carpetas con el logotipo del DAS y una pistola con silenciador.

Creo que hoy me iban a matar. Me rio en mi cabeza de lo hecho hasta ahora sin sentir el mas minimo remordimiento y le lanzo un cuchillo a la pierna. Se inserta y ella, muerta, ya no responde.

Introduzco el proveedor en la pistola y la cargo. Es demasiado pesada todavia para mi, asi que tengo que acostumbrarme al peso... Hago un par de ejercicios mientras como vorazmente lo que ahi habia: ensalada de frutas. La muy perra estaba haciendo dieta.

Aun no deja de impresionarme la pasividad del exterior para conmigo. Supuse que llegarian a revisar que todo iba bien despues de un tiempo, pero no lo han hecho... Entonces ellos saben que hoy morire... Aunque no tiene sentido que haya silenciador... Estare en la ciudad? Estare en un sitio proximo? No escucho nada del exterior...

Decido entonces arriesgarme a salir. Si me toca morir, creo que morire con dignidad, nuevo corte de cabello, recien comido y... Follado? Carajo, no lo habia pensado! Como no jugar algo con este personaje a mi merced?

Su mirada de espanto no opaca en lo absoluto su belleza. Ojos grises, cabello rubio, color blanco niveo, labios carnosos y rosados... Pense entonces en como seria su vagina, pero muy en contra de mi accionar cotidiano de mi epoca de civil documentado, respetado, ileso, VIVO, decidi tomarme mi tiempo para explorar su cuerpo.

Habia quitado su bata para hacerme la venda de la mano y hasta entonces no me fije en su blusa negra y cenida. Parece un corse. Lo toco y no es cenido en lo absoluto, solamente esta metida la blusa en el pantalon y su cuerpo es perfecto... Busco un cuchillo e intento romper su blusa porque me es imposible levantar sus brazos. La saco del pantalon y veo un abdomen blanco, delgado, con un ombligo perfecto y pienso que sus pezones son rosados...

Recuerdo instantaneamente las frases de mis amigos (ex-amigos) relacionadas con la muerte proporcionada por una mujer bella y sensual... Idiotas hijos de puta.

Me pasma mi propia lentitud, pero creo no tener energias suficientes para hacerlo mas rapido, por lo que sigo a un ritmo lento y descubro un top bien elastico, que cubren sus senos suaves y erectos...

No tengo ni idea de cuanto tiempo ha pasado, pero el cadaver de la novia sigue calido. Pareciera dormida... Cuando rompo su top brincan sus tetas grandes y rozagantes... Tienen pecas cerca al pezon y quiero chuparlas... Pero siento pasos alrededor de la celda.

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