“In-deciso”
14 de Septiembre de 2010
“Hablar mucho de sí mismo puede ser un medio como otro cualquiera para ocultarse”
Nietzche.
Como precoz poeta y pintor, intentaba todas las narrativas posibles para sus textos y sus lienzos en un intento de descubrir su identidad. Con angustia revisaba libro tras libro, repasaba poeta tras poeta, trazaba con indicaciones, retomaba versos y creaba desde lo que había aprendido, buscando por todo lado algo que le gustara, algo en lo que se sintiera cómodo.
Llamó la atención de mucha gente, y sus intentos de identidad no pasaban desapercibidos. Sus puntos de vista, construidos después del paso por muchos autores, llamaban la atención de docentes y de estudiantes por igual, generando una minúscula esfera de atención. Con un par de semestres en su universidad, se consolidó como una promesa, como un futuro personaje, como alguien a conocer.
Se graduó e hizo parte de unos cuantos círculos literarios, donde su fama se extendió y se le abrieron las puertas para publicar un par de libros… Pero él no estaba satisfecho. Su búsqueda seguía angustiosa, imparable, insaciable; mientras la gente con la que andaba apreciaba su constante cambio con un asombro mayúsculo, sin tener claro si era bueno o no.
Pero eventualmente se aburrieron con la poca firmeza de su estilo. Todos los amigos, después de trabajar fuertemente, habían consolidado un nombre y una identidad; menos aquel ya no tan precoz poeta y pintor.
Su nombre y su exigua identidad transitoria fueron siendo olvidados. Dejó de descrestar a la gente y la escena bohemia de la ciudad le olvidó…
Él se negaba. Sobrevivía como profesor de colegio y hora cátedra en una ciudad fronteriza, incentivando a la gente a crear y motivando a los jóvenes que buscaban en él una orientación. Sembraba en los muchachos su propia semilla de conocimiento con el vano intento de trascender; pero el olvido nunca cedía, y él estaba condenado…
Así que cierto día decidió salir con un grupo de estudiantes a beber cerveza a un bar cercano a la universidad. La época de parciales no le había caído bien a todo el mundo, y un estudiante ebrio, deprimido y agresivo, empezó a amargar el lugar poco después de la llegada del grupo, golpeando a la gente alrededor y tumbando cosas de las mesas contiguas.
Con aquella audiencia cautiva, como en sus viejas épocas, comenzó a declamar uno de sus últimos poemas. Se paró de la silla, exaltado por la atención de su grupo, y decididamente recorría las estrofas con técnica consumada. El sentimiento de lo declamado humedecía los ojos de toda la concurrencia pendiente, y su omnipresente deseo se hacía realidad... Su estudio continuado, su dedicación…
Pero el éxtasis del agradecimiento se vio interrumpido por una botella que le dejó sin vida al golpearle la sien.
La universidad pagó su entierro, y él fue despedido por unos pocos estudiantes y la familia del joven ebrio que le había provocado la muerte. La ciudad, al final, lo había consumido.
“Pre-claro”
15 de Septiembre de 2010
Es gracioso pensar que yo podría terminar siendo algo así como animador de eventos políticos, alentando a los asistentes de las reuniones políticas de partidos opuestos, alentando a candidatos oponentes, poniéndome camisetas de cada uno de esos partidos para cada reunión; haciendo una colección mayúscula de nombres, apellidos, apodos, números, logos…
Y que conocería a muchas personas en ese círculo y me haría familiar en ese ambiente… Y que en aquellos malos momentos podría recibir ofrecimientos de los “doctores”, que me darían uno que otro contratico público apalancado, o que me invitarían a sus reuniones íntimas, después de mucho esfuerzo de mi parte por agradarles.
En una de esas reuniones conocería a mi mujer, y tendríamos un hogar visitado por los personajes eméritos de la política colombiana; viajaríamos por cuenta de ellos a nuestra luna de miel y los apoyaríamos cuando les acusaran de corrupción y narcotráfico, asegurando su “intachabilidad” e insultando a todos los que osaban hablar mal del político de turno…
¡Incluso podría aplicar para la alcaldía de algún municipio rural, apoyado por alguno de esos partidos tradicionales! Y aquel municipio sería la casa de recreo de todos los senadores y ministros afines.
Pero más lagartos como yo estarían en ascenso, y yo rápidamente sería catalogado como una vaca sagrada; recibiría saludos efusivos de jóvenes ansiosos y emocionados, mientras todo ese mundo de la política me iría enterrando y olvidando…
Pero seguro conseguiría trabajo como docente en algún instituto mediocre para completar lo de la jubilación… Los estudiantes caerían rendidos ante mis habilidades histriónicas, recordarían las clases y se esforzarían por ellas; llevando mi recuerdo por todas partes, impresionados por la grandilocuencia y los lugares en común.
Al final escribiría mis memorias, en un intento de figurar bajo la luz de aquellos personajes presuntamente preclaros y definitivos de la dignísima clase política.
No. Si dejase de investigar, de trabajar, de leer y de escribir, la cosa sería diferente, sería tenebrosa, desagradable. El día que cayera en cuenta de la vida mediocre llevada hasta entonces, me pegaría un tiro. Y te quedaría a vos relatar el cuento.
este cuento olo pésimo bien aburrido y pésimo de lo mas peor de mundo entero no lo vean y esta muy aburrido lo chec mierda
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